7 trucos para superar la mente en blanco en un examen

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Qué es tener la mente en blanco

En más de una ocasión hemos sufrido lo que se conoce comúnmente como “quedarse en blanco”.

Nos preparamos concienzudamente para un examen y toda la información parece coherente y simple. Entonces llega el día del examen, nos ponemos delante de él y de repente toda la información que aprendimos se esfuma. Luchamos para tratar de escribir algo – cualquier cosa – pero cuanto más nos esforzamos, menos información somos capaces de procesar. Llega: La temida mente en blanco.

Entonces, ¿qué está pasando?

Para entender lo que está sucediendo durante una mente en blanco, hay tres regiones del cerebro con las que necesitamos familiarizarnos.

El primero es el hipotálamo. A todos los efectos, podemos concebir el hipotálamo como el puente entre nuestras emociones y nuestras sensaciones físicas.

En resumen, esta parte del cerebro tiene fuertes conexiones con el sistema endocrino, que, a su vez, es responsable del tipo y cantidad de hormonas que fluyen a través de nuestro cuerpo.

El segundo es el hipocampo. Una estructura subcortical, el hipocampo juega un papel increíblemente importante tanto en el aprendizaje y la recuperación de hechos y conceptos. Podemos concebir el hipocampo como una especie de puerta de memoria a través de la cual toda la información debe pasar para entrar y salir del cerebro.

La tercera es la corteza prefrontal (PFC). Ubicado detrás de sus ojos, esta es la parte tranquila, fresca y racional de nuestro cerebro.

Todas las cosas que sugieren que nosotros como seres humanos están mediadas en gran parte aquí: cosas como la memoria de trabajo (la capacidad de sostener y manipular la información en nuestra mente), el control de impulsos (la capacidad de amortiguar las respuestas no deseadas de comportamiento) para seleccionar una respuesta adecuada entre las posibilidades de competencia, etc.

Cómo ocurre un bloqueo mental en un examen

Cuando nos estamos preparando para una prueba en un entorno que es predecible y relativamente bajo en distracciones, somos capaces de participar en la cognición fría. Este es el término dado a los procesos del pensamiento lógico y racional.

En nuestro caso particular, cuando estamos estudiando en casa, sentados en nuestra cómoda cama, escuchando nuestra música favorita, el hipotálamo ralentiza la producción y la liberación de las hormonas clave del estrés (descritas más adelante), mientras que el PFC y el hipocampo están confiando en nosotros sin obstáculos.

Sin embargo, cuando entra en una situación de examen algo impredecible y de alto riesgo, entra en el reino de la cognición caliente.

Este es el término dado a los procesos de pensamiento no lógicos y emocionalmente conducidos. La cognición caliente se activa típicamente en respuesta a una amenaza clara o de otra manera situación altamente estresante.



Por qué un examen puede servir para desencadenar una cascada de pensamientos únicos

Si fallo en este examen no puedo entrar en una buena universidad o un programa de posgrado. Entonces no puedo conseguir un buen trabajo. Entonces puedo morir solo y sin dinero.

Con este tipo de pensamiento en mente, no es sorprendente que cuando nos examinamos, a veces percibamos un examen como una amenaza.

Cuando se detecta una amenaza, el hipotálamo estimula la generación de varias hormonas clave del estrés, incluyendo norepinefrina y cortisol.

Grandes niveles de norepinefrina entran en el PFC y sirven para amortiguar el disparo neuronal y dificultan la comunicación efectiva.

Esta deficiencia esencialmente despeja nuestra memoria de trabajo (lo que estábamos pensando ahora se ha ido) y detiene el PFC racional y lógico que influyen en otras regiones del cerebro.

Al mismo tiempo, grandes niveles de cortisol entrar en el hipocampo y no sólo alteran los patrones de activación allí, sino también (con una exposición prolongada) matan las neuronas del hipocampo. Esto impidela capacidad de acceder a viejos recuerdos y distorsiona la percepción y el almacenamiento de nuevos recuerdos.

En resumen, cuando un examen es interpretado como una amenaza y desencadena una respuesta al estrés, limpia la memoria de trabajo, interrumpe los mecanismos de recuperación y la cognición caliente emocionalmente cargada impulsada por el hipotálamo (y otras regiones subcorticales) impulsada por el PFC.

En conjunto, este proceso conduce a una mente en blanco, haciendo difícil la actividad cognitiva lógica.

¿Hay alguna manera de evitar esto?

Las buenas noticias – hay algunas cosas que podemos hacer para evitar espacios en blanco de la mente, unas tienen que ver con el estudio en si, y otras con el momento del examen.

Trucos para superar la mente en blanco en un examen

1 Pon en práctica lo que has estudiado.

Cuando estudiamos, hemos de intentar poner en práctica lo aprendido, esto hace que interioricemos lo estudiado y consigamos que quede de una forma fuerte en nuestra memoria.

Si por ejemplo estás estudiando un idioma, una vez has memorizado el vocabulario, repítelo en voz alta, o trata de salir a hablar con alguien que también conozca el idioma.

2 Profundiza lo que estudias.

No solo estudies un tema y lo memorices para luego dictarlo de carrerilla. Investiga un poco más, busca en Internet a ver qué más puedes encontrar.

Cuando la mente está motivada con la investigación de algo particular, es capaz de hacer que se retenga mejor en la memoria.

3 Usa reglas mnemotécnicas.

Te van a servir para que, aunque no recuerdes algo en concreto, si recuerdas la regla, que es más fácil de aprender, te ayude a salvar esa situación. Abusa de ellas, practica inventándolas para cosas cotidianas de tu día a día.

4 El día antes del examen, mejor no estudies.

Lo que no hayas aprendido en todo el semestre, crees que te va a dar tiempo a aprenderlo en un solo día? Debes de ser responsable y haber estudiado a lo largo de los meses para que cuando llegue el día de antes del examen, no te entren las prisas.

5 Ten confianza en ti mism@.

Tod@s llegamos al examen con la sensación de no saber nada, pero ¿cuántas veces te ha pasado y al final has demostrado que sí que sabías?. Si a lo largo del curso has estudiado, no te quepa duda de que llegarás al examen con garantías, lo que pasa es que a nuestro cerebro le gusta gastarnos este tipo de bromas 😉

6 Usa técnicas de relajación, tanto antes como durante el examen.

Justo cuando te lo den y te sientes en el pupitre, cierra los ojos durante 10 segundos y respira profundamente 3 veces. Esto hará que el oxígeno llegue a todas las partes de tu cerebro y se prepare para abordar el examen.

7 Por último, quítale importancia.

No nos estamos jugando la vida. Y si de verdad fuera así, ¿acaso no nos habríamos preparado tan bien que no tendríamos de qué preocuparnos?

Recuerda: de los exámenes también se aprende, y mucho. Ah, recuerda que no hay mayor satisfacción para un estudiante que aprobar los exámenes.

¡Ánimo y mucha suerte!



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